“Cuando el sistema económico social característico de una
clase dominante se descompone, se degrada a la vez su superestructura
ideológica” Joaquín Gallegos Lara.
La novela titulada: “Las cruces sobre
el agua”, escrita por Joaquín Gallegos Lara y publicada en mayo de 1946, relata
los hechos de la sublevación popular, centrándose en la vida de un panadero,
Alfredo Baldeón Silva, personaje pujante y valiente que encarna la lucha del
pueblo en contra de las infamias que día a día se cometen en su contra.
Desde el amor
pícaro y travieso de la infancia hasta la toma de una conciencia social activa
y responsable. Pocas semanas después de publicada esta brillante obra
literaria, el 10 de julio de 1946, el presidente del Ecuador, Alfredo Baquerizo
Moreno, remite una carta de felicitación a su autor, expresando: “No, no muere,
no puede morir el espíritu de un pueblo; y si no muere el espíritu, tampoco
morirá en él la esperanza; jamás será la última una esperanza suya; pues
siempre, cuando menos renovada, alentará y moverá el alma, el espíritu de la
multitud hecha pueblo”.
Un grupo de
trabajadores se organizó para marchar en contra del gobierno, para reclamar por
la mala administración del país y hacer exigir sus derechos, viendo esta
paralización las autoridades al mando de José Luis Tamayo, deciden reprimir
todas sus acciones con mano dura, finalizando esta manifestación con cientos de
personas que fueron asesinadas a balazos y lanzadas al río Guayas
Nadie debe
olvidar la desgracia que sucedió en contra de la clase trabajadora ecuatoriana,
es una experiencia que nunca se quisiera recordar, ya que estos obreros solo querían
hacerse notar y querían hacer respetar sus derechos, es admirable que ellos hayan
sido valientes al haberse enfrentado al gobierno y de ese catastrófico suceso
se originó “las cruces sobre el agua”.